Cruzar la raya

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Sinopsis:
Un hombre llega frente a un funcionario con una carta que le solicita presentarse en esa dirección. Allí, una raya en el suelo marca la diferencia entre ambos, una sola regla, una rutina que no se puede romper, una norma apoyada en multitud de razones lógicas, absurdas y estúpidas que el funcionario explicará una y otra vez. A partir aquí, comienza un aluvión de preguntas y respuestas entre ambos, una extraña búsqueda de información que transforma la “entrevista” en algo muy diferente e inesperado.

Cruzar la raya refleja el desamparo al que se puede ver sometido alguien en una situación que desconoce bajo el control de otro alguien que domina ese ambiente por las razones que sean. Habla de lo que leemos en los periódicos, del miedo, de lo cotidiano transformado en pesadilla, de una situación con la que todos hemos fantaseado alguna vez (para bien o para mal), y sobre todo, del poder y la violencia como recurso para obtener un fin absurdo al precio que sea.

En Cruzar la raya se plantea una tensión que nace de un estudiado absurdo y va evolucionando hacia la desesperanza, concitando la empatía del público, que asiste a una trama en la que los protagonistas ponen en evidencia los límites y la perversidad de un juego marcado por el poder, la sugestión y la violencia. Con un logrado registro humorístico (a veces negro, a veces surrealista), Cruzar la raya nos recuerda nuestra desconsoladora vulnerabilidad, especialmente ante la posibilidad de tener que acabar asumiendo una culpa o una responsabilidad imposibles como única salida ante la presión y la fuerza gratuitas y desmedidas.
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